Alumno: Cruz Frausto Edgar Isaac.
Capitulo 24
En el carro de la muerte.
En este capítulo Olga dice que por varios meses estuvo intentando hablar con su marido el cual no podía y como por el campo donde estaba ella pasaba un transporte con varios hombres, ella hacia todo lo posible para ver si veía a su esposo en esos transportes. Olga se imaginaba que su marido permanecía muy bien, aunque siempre ella le mandaba mensajes, nunca obtenía respuestas, hasta que un día se enteró que su marido estaba en el campo de Buna, al enterarse de eso ella pensó en muchas formas de poder ir a ese campo pero no se le ocurría nada, hasta que un día pensó en el bloque que tienen en el campo de locos, su idea era permanecer allí hasta que los trasladarán al campo de Buna para experimentar con ellos, claro que Olga se arriesgaba mucho por llevar a cabo ese plan pero no le importó y lo hizo. Ella en el carro de la muerte casi se volvía loca al ver tanto sicópata con sus cosas pero en fin, llegaron al campo de Buna. Llegando ahí, llevaron a los locos a los experimentos y Olga trataba de encontrar a su marido hasta que logro verlo cara a cara en la sala de operaciones, al verse los dos no supieron que decirse solamente estaban muy tristes, pero después su marido le dijo que nunca mas se volviera a arriesgar de ese modo ya que era muy peligroso si uno de las SS. La descubrían. Olga más tarde regreso a su campo pero días después se entero que a su marido lo habían asesinado ya que trato de levantar a un hombre que se había desmayado y un alemán al ver eso les disparo a los dos.
En el umbral de lo desconocido.
En este capítulo Olga cuenta que la mañana del 17 de enero de 1945 aparecieron tropas de las SS en el hospital para recoger todos los instrumentos de algún valor para cargarlos en camiones. A medianoche llegaron más SS. Y les ordenaron que reunieran y llevaran las fichas de los enfermos y las gráficas de temperatura al buró político y en menos de una hora lograron llevar todos esos papeles para que después un guardián de las SS. Llegará y prendiera fuego de inmediatamente.
Más tarde en el campo la lageralteste les convoco que de inmediatamente tenían que evacuar y tenían que agarrar todas sus cosas necesarias, según era porque iban a partir al interior de Alemania, pero lo más seguro era que podían cambiar de decisión.
La compañeras de Olga y ella no sabían que hacer en ese momento ya que si se quedaban en el campo escondidas en un rincón y esperar a que todos se fueran, podían conseguir su liberación, o ir con los demás en el viaje y tratarse de escapar en el camino, aunque las dos propuestas tenían un enorme riesgo, pero también sabían que el ir con todo los demás en el viaje, las llevaría a la muerte.
Después llegaron a las alambradas y todos gritaban con dolor ya que pensaban que nunca más se volverían a ver, los que estaban detrás de ellas eran los maridos, los novios, los amigos, etc.
Durante una mañana los alemanes reunieron a todas las deportadas en columnas de cinco en fondo en la Lagerstrasse a pesar del frio que asía, después de eso las mandaron a sus barracas y más tarde llego el nuevo comandante del campo e hicieron una selección inmediatamente.
Capítulo 26
La libertad.
En este capítulo los guardianes de las SS. Rodeando a las deportadas se conducían por la carretera de Auschwitz, en ese momento hacia demasiado frio pero a los alemanes no les importaba eso. A lo lejos sonaban algunos tiros y para Olga fue tan emocionante ya que los rusos estaban indudablemente desencadenando un asalto a fondo.
Olga y sus compañeras se fueron alegrando cada vez más por lo sucedido, pero los alemanes al darse cuenta de los actos, presionaron más a las deportadas y estaban muy alarmados.
Eran seis mil mujeres las cuales estaban caminando por la carretera rural que estaba cubierta de nieve y a cada pocos metros veían cadáveres que tenían la cabeza aplastada, ellas de inmediato pensaron en los hombres de ls SS. Ya que ellos eran muy crueles y estaban acostumbrados a matar alguna persona sin razón alguna.
Luego una compañera de Olga que era la doctora Rozsa ya estaba muy cansada y ya no podía más, pero Olga le decía que tenían que seguir adelante pero como la doctora no podía le dijo que la abandonara y Olga lo hizo ya que atrás habían cinco guardianes de las SS.
Al otro día Olga y sus compañeras se levantaron muy temprano para ser las primeras en la fila de las columnas. Después todas al ver una patrulla alemana que se dirigía a la iglesia, aprovecharon para escapar pero les duro muy poco su gusto ya que las habían atrapado de nuevo.
Todos afirmaban con máxima seguridad que los rusos todavía iban a tardar tres días pero no fue así, las tropas de choques rusas se abrieron camino y tomaron al pueblo y para Olga eso fue su mayor alegría ya que les habían obsequiado el mejor regalo que fue la libertad.
Todavía tengo fe.
Olga después de todo lo sucedió y todas las tragedias que paso, no fue fácil tratar de olvidar todo eso, ella tenía muchas esperanzas en que Dios haya acogido en sus seno sus desventuradas almas de todas esas personas que fueron asesinadas con crueldad y maldad por los alemanes.
Ella quería que su libro el cual había relatado durante toda la deportación, fuera leídos no solamente por ella si no por todo el mundo ya que quería que se enteraran de lo sucedió para que eso no volviera a pasar. Y a pesar de todos sus escritos quedaban algunas dudad el cual ella no lo podía creer.
El 31 de diciembre de 1944 el alto mando de las SS. Pidió al campo de Birkenau que le mandara un informe general sobre los niños internos, pero a pesar de las selecciones originales quedaron muchos de esos niños separados de sus familias y los alemanes lo resolvieron desapareciéndolos rápidamente. Y lo que hacían era pedirles a las internas que “bañaran” a los niños el cual, los bañaban con agua helada y sin jabón ni toallas y pues la mayoría de los niños no resistía a esa prueba y morían.
Hasta el último Olga cuenta que no puede ser posible lo que paso, ya que perdió a su marido, a sus hijos, a sus padres y a sus amigos y que para que eso no volviera a suceder ya nunca más tenían que gobernar personas como Hitler y que tanto las naciones que se negaron a creer como los alemanes eran unos pecadores criminalmente.
oh pero que beio
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