Alumno: Cruz Frausto Edgar Isaac.
Capítulo 16.
Algunos detalles de la vida detrás de las
alambradas.
En este capítulo Olga habla sobre lo que realmente
se hacia dentro de los campos de concentración, como en cada campo había un
alambrado, en algunas ocasiones encontraban a personas muertas ya que querían
escapar y morían. Lo que hacían principalmente cuando llegaba un deportado, era
tatuarlos con el número de registro, ya fuera en el brazo, la espalda o el
pecho y lo hacían con tinta indeleble la cual les dolía mucho. Los tatuajes que
les ponían nunca tenían que pasar del número doscientos mil, después de llegar
a ese número lo que hacían era comenzar otra serie. Aparte del número de
registro, también les tatuaban otro signo para especificar su nacionalidad, la
letra P se las ponían a los polacos, la R a los rusos, la NN significaba que
estaban condenados a muerte. También les ponían otro signo el cual los
distinguía de su categoría, es decir, a las prostitutas les ponían un triángulo
negro, a los criminales les ponían uno verde y a los homosexuales y a los
miembros de la secta Bibelforschers les ponían un triángulo rosa y violeta.
También en los campos llegaban muchos sacerdotes y
monjas pero con ellos completamente se pasaban, porque a los sacerdotes de
inmediato los mandaban a la cámara de gas y a las monjas les quitaban sus
imágenes religiosas y les hacían hacer cosas indebidas para burlarse de ellas.
Capítulo 17.
Los métodos y su insensatez.
En este capítulo Olga habla sobre los muchos de las
labores que hacían a diario en el campo de concentración, uno de ellos era que
tenían que limpiar las letrinas y las faenas de los campos de labor, otra era
limpiar los evacuatorios el cual tenían que trasladar los desechos y cuando
terminaban quedaban con un olor muy desagradable ya que no había mucha agua para
lavarse, también tenían que cargar los peroles de alimento hasta el hospital,
lo cual les resultaba muy cansado, pero a pesar de esos labores, habían también
labores muy inútiles el cual era trasladar a mano un montón de piedras de un
lugar a otro.
También Olga cuenta que en el campo tenían a muchas
mujeres desnudas ya que no había suficiente ropa para todas, y a las mujeres
desnudas eran las primeras que las mandaban a la cámara de gas además de que
los alemanes les hacían burla.
Por varias razones en los campos de concentración
habían muchas enfermedades, algunas de ellas eran los flemones, mala nutrición,
los penadizos, la furunculosis, las manifestaciones externas de avitaminosis y
las pulmonías. Y otros contagios que tenían eran la escarlatina y tifus, lo
cual eran causadas por los piojos. La única solución que tenían para quitarse
los piojos era con un cepillo que era para todas.
A las mujeres más enfermas primero las tenían que
meter a la ducha por muy enfermas que estuviesen o no y después de allí las
mandaban al campo E.
También habla sobre las fugas que había en el campo
pero Olga cuenta que era algo difícil escaparse ya que primero tenían que pasar
por la alambrada de púas que estaba
cargada de alta tensión, luego estaban los miradores que eran unos perros y por
ultimo estaba la sirena que sonaba cuando alguien trataba de escapar.
Capítulo 18.
Nuestras vidas privadas.
En este capítulo principalmente se sabe un poco más
sobre Olga y sus compañeras con las cuales durante seis meses estuvo compartiendo
la habitación número 13 con ellas que eran cinco en total, a pesar del espacio
que estaba muy angosto.
Olga platica que la más interesante de sus
compañeras era la doctora G. ya que ella había sido médica en Transilvania.
Su segunda compañera era rubia yugos lava la cual
mintió a los alemanes que era medica pero todas las demás sabían que eso no era
cierto, pero no decían nada ya que si era descubierta la mandarían al
crematorio por mentirosa.
Su tercera compañera era la doctora Rosza la cual era
pediatra checa médica de verdad, cuenta Olga que ella era una mujer fea y muy
baja de estatura pero tenía una muy buen entusiasmo por su vocación, ella les
contaba sus historias de amor que había dejado en sus tierras así que a Olga y
a las demás compañeras se les hacían muy interesante.
Y su cuarta compañera solamente la menciona como S.
la cual era una cirujana de primera clase que antes era la asistente de su
marido de Olga.
Su quinta compañera era una dentista la cual se
había casado recientemente e incluso la detuvieron junto con su marido.
Y como todas ellas eran sus compañeras de Olga y
médicas, trabajaban juntas por las noches en la barraca 13 y a todas incluyendo
a Olga les agradaba estar juntas porque así podían platicar o reír.
Capítulo 19.
Las bestias de Auschwitz.
En este capítulo Olga cuenta que en Auschwitz de
todos los SS que habían en el campo Joseph Kramer fue el que adquirió mayor
notoriedad que fue llamado “La bestia de Auschwitz y Belsen” y fue el criminal
número uno en el proceso de Luneburg.
Joseph Kramer era un hombre que casi no tenía
contacto con las internas debido a que el realizaba determinadas inspecciones.
Él era un tipo que se dedicó a muchas cosas en su vida, como por ejemplo había
sido tenedor de libros. Él era un hombre robusto, de cabello oscuro con un
corte a la marinera, sus ojos eran color negro y penetrante.
Kramer era un tipo malo y Olga ya lo había visto
como tres ocasiones y una de ellas fue en una selección de los contingentes recién
llegados.
Kramer quería llevar a cabo un periodo del cual se
traba de trasladar algunas prisioneras a Alemania para reducir el número de
mujeres pero como fue en poco tiempo casi no redujeron el número de mujeres en
el campo ya que quedaban todavía veinte mil mujeres.
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