martes, 23 de abril de 2013

Capitulos 4, 5, 6 y 7. Hornos de Hitler.
 
Capítulo 4 “Las primeras Impresiones” (Hornos de Hitler)

Este capítulo trata sobre la alimentación que se les daban a estas mujeres, se dice que les daban una miseria de todo y que no todo tenía sabor, que la que pretendía ser sopa ni siquiera lo parecía, que había veces en que olía extremadamente desagradable, que no se soportaba, había veces en que tenían que presionar su nariz para no oler y tomarse la “sopa” de solo sorbo y cuando les daban algo de beber simplemente parecía agua sucia, con un sabor desagradable, la señora dice que el té y el café no tenían mucha diferencia en el sabor.  Había ocasiones en que el pestilente líquido hirviendo (supongo que se refiere a la sopa) se les derramaba de la olla enorme que las ponían a cargar, solo les servían una ración insuficiente (eso se me hace mucho, porque aparte de que las maltrataban demasiado, ni siquiera se molestaban en alimentarlas bien, para que pudieran soportar un poco más).  La señora Olga también narra que en ocasiones, cuando les iba bien les daban una miserable rebanada de emparedado, que estaba más delgada que el cuchillo.
La señora Olga nos dice que cerca de ahí había un gran horno, al cual le habían puesto la “panadería”, ahí cremaban a los muertos y a las personas que no les servían, como a los ancianos y a los niños (cremaban a ellos, ya que no los podían utilizar para nada).  Una de ellas le conto a la señora Olga que ahí echaban a todos los que pasaban del lado izquierdo, (ella recordó que a sus papás y a sus hijos los mandaron del lado izquierdo), la señora Olga quedo en shok al escuchar eso y decidió salir de su anden para ir a buscar a su esposo aunque podrían encontrarla y regresarla a golpes, ella se arriesgo porque quería que su esposo supiera lo que ella sabía, se fue al amanecer, le costo mucho trabajo el encontrar a su esposo pero lo logro.  Ella le informo sobre todo lo que sabía pero antes de poder despedirse los cacharon y los separaron a golpes.  Después, cuando llego a su anden encontró a un sujeto con su hijo a los cuales conocía y les pregunto por su hijo Tomas, ellos le dijeron que lo habían visto un día antes por la “panadería” ella enseguida salío a buscarlo para poder decir que su hijo tenía más de 12 años así no lo matarían. Ella fue corriendo y se encontró a un delincuente el cual era Alemán le plático la circunstancia sobre su hijo y él le dijo que no valía la pena que sería mejor regresar, en eso llego una sujeta que le iba a pegar, pero el Alemán no lo permitió y le hizo una seña rara, la sujeta no le pego y se quedo en el Alemán, mientras ella siguió su camino.

 
Capítulo 5 “La llamada a lista y las selecciones” (Hornos de Hitler)

La mujer llamada Olga nos dice como las elegían para martirizarlas, yo creo que solo querían ver quienes aguantaban y quienes no, para después usarlas para alguna otra cosa.
A estas mujeres las “castigaban” llamándolas hacía un lugar (tipo centro del lugar), las ponían de pie y no les daban de comer o siquiera agua, había veces en que loas hacían ponerse de rodillas, para así contarlas y ver que no faltara ninguna, porque si se les encontraba en alguna otra parte y no en la formación se les castigaba de manera horrible.  Como era de época en que llovía las dejaban ahí, el tiempo que los “jefes” quisieran o simplemente hasta que llegaran, el que lloviera les ayudaba un poco porque así ellas podían humedecer sus gargantas, ahí las mataban de hambre y la poca agua que les daban solamente les alcanzaba para dos tragos a lo mucho, (se me hace mala onda porque aparte de que las maltrataban y martirizaban las mataban de sed).
Los jefes se decía que eran muy bien parecidos pero la señora Olga al verles se quedó impactada eran hermosos con todas las letras de la palabra, tenían una mirada ruda en la cual no se podía confiar, se narra que la jefa era un ángel, que no se le veía la maldad, ella era rubia con unos bonitos ojos azules, pero ni siendo tan bella dejaba de ser malvada.  Eso no era justo, ya que todos eran seres humanos que merecían vivir, al igual que ellas.

Capítulo 6 “El Campamento” (Hornos de Hitler)

 

Este capítulo trata sobre como les daban inquietudes, a veces les daban tiempo para andar por ahí, pero siempre y cuando fuese cerca del lugar, nos narra el como eran maltradas por la escaces de agua, no les daban más de dos tragos por día, si no era que otra sujeta ya te había quitado el recipiente en que te daban el agua.
La injusticia continuaba con la discriminación de las presas, había gente que era del mismo lugar que ellas pero tenía un nivel de estudios, como la maestra de kínder, a ella la pusieron a cargo de las tantas mujeres que había ahí.  En ocaciones las trasladaban al “lavabo” un lugar a donde podían limpiarse los dientes, peinarse el cabello y medio bañarse, muchas no querían ni quitarse la ropa, por temor a que cuando regresaran por ella ya no estuviera, algunas mujeres se la robaban.  Pero también les gustaba ir porque ahí había agua y no podían desperdiciar la oportunidad de beber algo más de agua.
La señora Olga se encontraba muy orgullosa ya que por asares del destino encontró tres pedazos de cuerda que le sirvieron como cinturón y también un pedazo de madera que le sirvió como cuchillo; una de sus compañeras le dio un regalo el cual eran dos pedazos de trapo, ella decidió que uno sería su nuevo cepillo de dientes y el otro un pañuelo, ya que se encontraba con gripe y no sabía sonarse la nariz con los dedos.  Aquellos objetos los colgó en su “cinturón”, le hacía sentirse más que las demás por sus nuevos objetos.

 

Capítulo 7 “ Una proposición en Auschwitz” (Hornos de Hitler)

La señora Olga llevaba ya tres semanas en Auschwitz, lo cual hacia parecer sorprendente . Ella nos dice que casi parecía un sueño el que ella vivía, solo estaba como esperando a que alguien viniese por ella, ella estaba sentada contemplando una pelea de dos mujeres cuando de repente escucho una bondadosa voz humana, ella se levanto y miro a los ojos al hombre, lo cual le sorprendio mucho porque a los hombres no se les permitia estar ahí con las mujeres, si les llegaban a cachar serían condenados a muerte inmediata. Este hombre le dio animos, comida y ropa al pasar el tiempo ella seguia viendole, este hombre alto de ojos azules resplandecientes se había convertido en su amigo; ella al pasar el tiempo ansiba su visita en una tarde le dijo que lo siguiera y ella sin pensarlo lo hizo, el le dio una patata y le dijo que le gustaba tocandole por demás el cuerpo pero ella solo lo veía como un amigo, lo que le dolio a ella es que no tenía mucho tiempo que le había contado que perdio a su familia, solamente se fué y no lo volvio a ver hasta después de tiempo en el "lavabo" en un desagradable momento. Ella se resigno a hablarle y el con un gesto burlon le dijo que ya hace mucho no la veia y le ofrecio de su comida, la señora Olga no la acepto y se fue del lugar corriendo sin duda alguna. A ella le sorprendio de donde había sacado tantas fuerzas para correr pero por lo menos siguio con su dignidad.
 
Alumna: Gabriela Jacqueline López García.

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