martes, 30 de abril de 2013

Jesús Gustavo Ramírez González 206

                                                                                                                                              30/04/13 Capitulo 8
  
Soy Condenada a Muerte


Pasaron barios días que para ellas eran interminables, lo único que hacían era ir a formarse era delgada igual que un cadáver le dio calentura y ataques de tos. Magda, una de sus mejores amigas estaba enferma de anginas le prestó un pedazo de tela. Hasse les dijo que era una infracción grave lo que habían hecho abrigarse con un pedazo de tela las golpeo cuando se le pegara la gana  y las selecciono para la selección él no estaba conforme con eso las condeno a la muerte. Ese mismo día había muchas docenas de mujeres y ahí había un grupo Stubendiensts y decidió integrarse a ese grupo sin que nadie se diera cuenta su amiga Magda la siguió Olga se cambio de ropa con otra reportadora al verlas dos prisioneras se quedaron asustadas pero Olga les explico que la debieron de haber confundió con otras compañeras.

Capitulo 9
La Enfermería

Por varios días no había quien atendiera a los enfermos. Un día le dijeron que por fin tendrían una enfermería. La nombraron miembro del personal. Después de unas semanas de que se instalo el hospital. El mobiliario de la enfermería era un gabinete sin anaqueles una mesa grande donde ponían sus instrumentos y mas muebles pero en malas condiciones. Cuando curaban a sus pacientes Olga se preocupaba por los instrumentos de la enfermería no los podían esterilizar y tenían miedo de que a un paciente se expusiera a una infección les asombraba que nunca hubo un caso de infección, el número de personas que había en su campo de trabajo era alrededor de treinta a cuarenta mil mujeres y solo contaban a lo mucho con  cinco enfermeras.

Capitulo 10
Un Nuevo Motivo Para Vivir

Llegaban a la enfermería a asistir hombres, llegaban de las barracas, algunos llegaban por accidentes que tenían en su trabajo Un señor que Olga apodaba L. porque no sabía su  nombre, el se encargaba de darle las noticias, este hombre era de fiar por que el daba la información verídica, trabajaba cerca de los campos de concentración y se enteraba de todo. Olga se notaba decaída por qué pensaba suicidarse ya que no sabía nada de sus hijos, padres y esposo, L. le dijo que no se dejara llevar por lo que sentía, porque ella serbia de mucho en el hospital y para todo, y que era necesario de que ella llevara las noticias a las enfermas y enfermos, Un día mandaron a Olga y a tres compañera a traer mantas, pero al ver que había trenes que llegaban a la estación con 50 vagones, Olga ya sabía que eran personas, personas que no sabían a que habían venido allí, Olga por la información y por las experiencias que había tenido, cuando separaban a la izquierda a ancianos y niños menores de catorce años, iban a hacer asesinados inmediatamente, y a los que separaban a la derecha iban a trabajar en trabajos duros pero iban a tener el mismo destino la muerte     


Capitulo 11 
Canadá 

 En Canadá almacenaban ropa, y las pertenencias de los deportados. Canadá tenía mucho dinero y cosas por que los obligaban a llevar sus cosas de valor muchos deportados llevaban sus cosas pensando que a cambio les iban a hacer favores a cambio de sus cosas de valor. En las cosas que entregaban en maletines había de todo tabaco, chamarras de piel, jamón ahumado y hasta maquinas de coser. En Canadá había especialistas estaban dedicados a descoser forros y desplegar suelas con tal de hallar tesoros escondidos. Tenían un mercado negro todo era muy caro una libra de margarina costaba 250 marcos de oro que en español se podría decir casi 100 dólares un kilo de mantequilla 500 marcos un kilo de carne 1000 marcos un cigarrillo 7 marcos por lo visto a mi me impreciono mucho todo era muy caro.



                                

Capitulo 8, 9, 1O & 11 "Los Hornos de Hitler"



 Alumna: Ramírez Mejía Karen Aritna.






Los hornos de Hitler
Capitulo VIII
“Soy condenada a muerte”
Pasaron varios días y Olga ya estaba muy delgada y por lo mismo se contagio de una infección al igual que su amiga Magda, ella estaba enferma de anginas por lo que ambas prefirieron curarse por lo que le aumento cada quien una prenda mas a su vestimenta, Olga se la puso en la espalda y Magda en el cuello todo con la intensión de curarse pero eso era un delito para Hasse por lo que las golpeo a ambas y después fueron llevadas directamente condenadas a muerte.
Todas las demás que estaban condenadas estaban en circulo cuidadas por las guardianes alemanas, Olga intento escaparse y le dijo a su amiga Magda pero ella no quería regresar al campo pues para ella era un horror y salirse de ahí era lo mejor, pero Olga le dijo que como iba a ser mejor si se suponía que las iban a llevar aun lugar mas feo puesto que era un castigo, pero Magda aun asi no quiso asi que Olga trato de escaparse, pero sus compañeras la delataron asi que espero un tiempo, después descubrió una herramienta de poder con la que pudo escaparse e irse de barraca en barraca junto con su amiga hasta que pudo llegar a la suya como todas sabían que ella se había escapado Irka se aprovecho para decirle que le diera sus botas a cambio de unos zapatos que casi no tenían suela y si no se los cambiaba entonces ella la iba a acusar con Hasse de lo que había hecho asi que no le quedo demás y le dio sus botas, pero no se sintió tan mal puesto que aunque tenia unos zapatos mas feos pero ella salvaría su vida aunque ella dudaba mucho que Hasse la pudiera reconocer debido a que eran muchas mujeres pero ella aun asi no quiso arriesgarse por lo que ya no salía tanto.




Los hornos de Hitler
Capitulo IX
“La enfermería”
Por fin les anunciaron que tendrían una enfermería lo que les causo emoción por lo que Olga pudo entrar como ayudante de enfermería como parte del personal debido que antes le había suplicado al doctor Klein, que era el jefe medico de la S.S. del campo, que le permitiera hacer algo para poder aliviar a sus compañeras pero la primera vez la rechazo puesto que estaba prohibido dirigirse a un doctor sin autorización.  Al día Siguiente el doctor Klein mando llamar a Olga para decirle que pertenecería al personal de enfermería entonces desde ese momento todas las internas que tuvieran algún conocimiento medico debían presentarse.
En la barraca numero 15 era la que estaba dividida en dos uno quesería la enfermería y el otro seria la farmacia.
Después de unas cuantas semanas se instalo un hospital al otro extremo por lo que se reunían cuatrocientos o quinientos pacientes.
No había luz la única luz era del pasillo y el piso era de madera por lo que todas las enfermeras lo limpiaban dos veces al día aunque les era muy difícil mantenerlo limpio.
Cuando tenían que ocupar las herramientas lo que les preocupaba a Olga y a sus compañeras era que a lo mejor le podían causar alguna infección a sus compañeras pero a veces era necesario hacerlo aunque nunca se escucho que las compañeras hayan tenido alguna infección después de haberles echo alguna abertura.
Trabajaban mucho tiempo y hasta las tres de la tarde se detenían para comer.
A veces había varios partos seguidos y tenían que pasar la noche sin dormir, pero a pesar de eso ella se sentía bien porque estaba realizando una buena labor.
Además estaban mejor que en su barraca pasada pues tenían dos cobijas una la extendían para acostarse y otra para taparse, aunque no era lo mejor pero de vivir asi que como otra cualquier interna común ellas estaban en mucho mejores condiciones.


Los hornos de Hitler
Capitulo X
“Un nuevo motivo para vivir”
También llegaban hombres a su enfermería que generalmente eran los que trabajaban por los campos de mujeres.
Debido a que Olga se dedicaba todo el tiempo a la enfermería un día llego un paciente francés al que Olga le asigno el nombre con la letra inicial “L”. La herida que tenia en uno de sus pies era grave por lo que le hacia estará aun mas tiempo en la enfermería L era una persona muy bien recibida por todas las enfermeras por ser una persona encantadora. Todos los días el les traía nuevas noticias sobre la situación militar y política de Europa eso lo hacia mientras ellas le curaban la herida de su pie.
El era su  única fuente de noticias y les daba noticias verdaderas.
La situación material de Olga había mejorado cuando comenzó a trabajar en la enfermería pero ella se sentía mal emocionante por perder a sus padres, esposo e hijos.
Pero L hablo con Olga y le dijo que le hiciera un favor y ese favor consistía en decirle a todas sus compañeras internas sobre las noticias alentadoras que el les informaba pues era importante para que todas mantuvieran alto su espíritu. Estaba prohibido que se pasaran las noticias y mas a todas  las internas y eso era condenado a muerte pero Olga se sentía tan mal que le daba igual morir o no. L le pidió otro favor que el trabajo que ella realiza la convierte en una mujer ideal para hacer de una oficina de correos y se dedicaría a entregar cartas y paquetes con mucha discreción. También le dijo que observaran juntos porque mas adelante escribirían todo lo que habían visto.
Después Olga obtuvo los resultados en el que los alemanes se dedicaban como deshacerse de los judíos y en menos de un trimestre que abarcaba de mayo a julio los alemanes ya habían liquidado un millón trescientas mil personas en Auschwitz Birkenau.
                                                




Los hornos de Hitler
Capitulo XI
“Canadá”
Dentro del campo de concentración Auschwitz-birkenau un edificio el cual era llamado “Canadá” en donde se almacenaban las ropas y demás pertenencias quitadas a los deportados cuando supuestamente iban a bañarse.
Algunos hombres prisioneros que de preferencia fueran médicos eran dedicados día a día a meter a las personas a la cámara de gas, después quitar las dentaduras a los cadáveres o quitar los materiales de metal precioso como lo era el oro y después sacaban a los cadáveres. Ese trabajo era muy feo pues muchos de los prisioneros que se dedicaban a eso se volvían locos y había algunas veces que les tocaba ver como padres y sus hijos eran victima de aquel gas mortal.
Durante ese tiempo habían unos internos que tenían acceso al edificio llamado Canadá  podían hacerse de muchas cosas muy valiosas como ropa, zapatos, diamantes, etc. Por lo que por ese tiempo en la tarde había mercado negro en la que los internos intercambiaban cosas de mayor importancia como un diamante por una simple comida o un vino común y corriente.
Tenían unos vecinos los cuales eran checos ellos tenían el privilegio de permanecer con su familia pero por poco tiempo porque después eran llevados directamente a la muerte.
Como los checos eran mas ricos en cuestión de ropa y Olga y sus compañeros entre comillas por la barda se intercambiaban ellos les daban comida y los checos a ellos ropa. Olga tuvo que sacrificar parte de su pan por una blusa de enfermera.
De igual manera en ese tiempo un joven checo se enamoro de una interna y el logro conseguir verla antes de su muerte, pero después fue mandado a morir.

Rangel Servin Brenda Michelle 206 - Los hornos de Hitler cap 8-9-10-11

                                                                                                      30 Abril 2013



                                                                         Capitulo 8
                                                     ‘’Soy Condenada a Muerte’’

Pasaron unos días, la actividad que las volvía locas era asistir a las formaciones. Ella estaba más delgada que un esqueleto, tenia calentura y tenía ataques de tos. Un día que se sintió mas enferma que otras veces se cubrió la espalda con un pedazo de una ajada de tela de lana. Magda una de sus amigas siguió su ejemplo, tenía anginas y se envolvió la garganta con un andrajo.
Tenía esperanza de que la ‘’Fuhererin’’, la Hasse, no les notara nada y que se podrían quitar las prendas que habían añadido a la vestimenta. Pero Hasse se dio cuenta inmediatamente los cambios que habían introducido en su vestimenta. Era una infracción grave de la disciplina. Las golpeo cuanto les dio la gana y todavía las designio para la ‘’selección’’. De esa manera las condenaban a muerte por un ‘’pecadillo’’.
Entre las seleccionadas había unas cuantas docenas de su barraca. Las ‘’Stubendients’’ las acarraban hacia la salida de campo.
El camión que las iba a trasladar a la cámara de gas no había llegado todavía. A ella ya le había constado que la selección equivalía a la cámara de gas. Había muchas otras que también ya lo sabían y había otras que se negaban a aceptar la realidad.
Dudaban porque no querían dar crédito a lo que les decía. Aun en el mismo momento en el que eran empujadas dentro de la cámara de gas.
Ella pensaba en romper el cerco e huir, le comento a Magda y ella se negó, iba a intentar ella sola pero varias de las seleccionadas empezaron a gritar que alguien se iba a escapar, se preguntaba porque la iban a traicionar, ellas indudablemente seguían dudando que las iban a llevar al matadero.
Derrepente Olga diviso un palo tirado en el suelo. Y un palo en Auschwitz era símbolo de poder y autoridad, agarro la estaca y se mezclo con un grupo de studients de obra barraca. Magda cambio su opinión y la siguió.
Se ofreció a ayudar a los cargadores de los peroles de sopa, y así procedió de barraca en barraca hasta que logro llegar a la suya. Magda quien había hecho exactamente lo mismo desapareció en otro bloque.
Se cambio de ropa con otra deportada y se escondió en la Koia. Tuvo cuidado de no salir hasta la primera revista. Hubieron unas prisioneras que se quedaron asustadas al verla, pero ella explico muy tranquilamente que debía de estarse confundiendo.


                                                                     Capitulo 9
                                                             ‘’ La Enfermería’’

Durante semanas no hubo medios para atender a los enfermos, no había hospital para los servicios médicos, ni disponían de productos farmacéuticos. Un día se anuncio que iban a tener una enfermería. La nombraron miembro del personal de la enfermería.
Después de su llegada le suplico al doctor Klein que era jefe de la S.S del campo, que le permitiera hacer algo para aliviar los padecimientos de sus demás compañeras. La rechazo porque estaba prohibido dirigirse al doctor de las S.S sin autorización.
En la barraca No.15 es la que estaba en peores condiciones de todo el campo.
Unas semanas después se instalo un hospital al otro extremo de la barraca. La única luz que tenían era la del pasillo; no había agua corriente y les resultaba difícil mantener limpio el suelo de madera.
El mobiliario de la enfermería se componía de un gabinete de farmacia sin anaqueles, una mesa que tenían que nivelar con ladrillos y otra mesa grande que tenían que cubrir con una sabana para que colocaran en ella los instrumentos. Utilizaban los mismos instrumentos sin esterilizarlos y sabían que exponían a sus pacientes a una posible infección.
Se levantaban a las cuatro de la mañana y las consultas empezaban a las cinco.
Las consultas se sucedían sin interrupción desde el amanecer hasta las 3 de la tarde, era la hora en que se detenían un poco para descansar o dedicar su tiempo para su comida.
Ya no tenía que dormir en la koia, solo habían cinco mujeres trabajadoras que dormían juntas.
La situación mejoro poco cuando se instalo el hospital al otro extremo de la barraca. Ese espacio estaba reservado para los casos que requerían intervención quirúrgica.
Cuando las enfermeras tenían casos contagiosos, se veían obligadas a llevar a las mujeres al hospital de la otra sección.
Si se quedaban con las contagiosas corrían el peligro de extender la enfermedad; pero en cuanto llegaban los pacientes del hospital, corrían el peligro de ser seleccionadas.


                                                                     Capitulo 10
                                                     ‘’Un nuevo motivo para vivir’’

A veces iban también hombres a la enfermeria.Generalmente eran internados los que trabajaban en campos de mujeres. Entre ellos llego un día un francés ya entrado en años, a quien lo designo con letra ‘’L’’. La herida que tenía en el pie lo convirtió en visitante asiduo de la enfermería.
Todos los días llevaba noticias alentadoras de la situación militar y política de Europa. Mientras le curaban sus lesiones, el calmaba su espíritu atribulado. Su vida le parecía una carga terrible. Ella había perdido a sus padres, y a sus hijos, y no sabía ni una palabra de su marido. Sus compañeros notaban a los ojos vistos que la estaba demacrando día a día.
‘’L’’ la llamo y le dijo que no tenía derecho a destrozar su vida, que ella no tenía más remedio que seguir adelante, aunque sea para aliviar los sufrimientos de las personas que hay en su alrededor.
Lo esencial era que tuviera un objetivo, una ilusión.
Atreves de nuevos contactos se entero por fin de los detalles más concretos sobre la cámara de gas y los crematorios.
Al principio los condenados a muerte en Birkenau eran fusilados en el bosque de Braezinsky o ejecutados por gas en la infame casa blanca del campo de concentración. Los cadáveres eran incinerados en una fosa. Después de 1941 se pusieron en servicio 4 crematorios. A partir de junio de 1943 la cámara de gas y los crematorios estaban reservados exclusivamente a los judíos y gitanos. Generalmente estos eran ejecutados por fusilamiento, horca o inyecciones de veneno. Los 4 hornos de Birkenau eran calentados por un total de 30 hogueras o fogatas. A 360 cadáveres cada media hora, que era el tiempo necesario para reducir a cenizas la carne humana, salían 720 por hora ósea 17280 cadáveres cada veinticuatro horas.
También las fosas de la muerte, en que podían destruir otros 8000 cadáveres diariamente, debían cremarse a día unos 24000 cadáveres.
El año 1943 fueron transportados cuarenta y siete mil judíos griegos a Birkenau. De ellos fueron ejecutados inmediatamente treinta y nueve mil. En el año 1944 toco el turno a los judíos húngaros y más de medio millón fueron exterminados.
En menos de un trimestre los alemanes habían liquidado a mas de 1 300 000 personas en Auschwitz-Birknau.
Los viejos, enfermos, y niños de menos de 12 o 14 años eran destacados a la izquierda y el resto a la derecha. La izquierda era la cámara de gas y el derecho de tensión temporal.
Los condenados eran conducidos a un largo viaducto subterráneo, llamado ‘’Local B’’, podían acomodarse allí hasta dos mil personal.
El ‘’director de los baños’’ de blusa blanca, repartía toallas y jabón… eso era un detalle más de la misma farsa.
‘’El baño’’ para el cual eran preparados los condenados, no era más que la cámara de gas.
Habían algunos condenados que querían retroceder pero los alemanes lo empujaban brutalmente.
En algunos casos habían muchos sobrevivientes; pero a los alemanes no les importaba, cuando algunos respiraban, se los llevaban al crematorio y los empujaban a los hornos.
Muchas personalidades destacadas del nazismo, políticos y otros estaban presentes cuando se inauguraron el crematorio y las cámaras de gas. El mismo día de la inauguración, fueron sacrificados doce mil judíos polacos.




                                                                 Capitulo 11
                                                                  ‘’Canadá’’

En Auschwitz –Birkenau un edifico que se llamaba ‘’Canadá’’  y dentro de sus muros se almacenaban las ropas y las demás pertenencias quitadas a los deportados.
A los objetos quitados a los deportados o sustraídos de sus equipajes, también ellos añadían el pelo de las víctimas.
Los que pertenecían al personal del Canadá o quien estaba asociado con sus comandos tenía un gran privilegio, tenían muchas oportunidades de robar y a pesar de las amenazas ellos lo aprovechaban.
Pero los oficiales alemanes los que hacían viajes de inspección al Canadá, se llevaban unos diamantes como recuerdo en cámara fotográfica.
Los objetos robados del Canadá se negociaban después en el mercado negro.
Tenían un mercado negro muy activo, los precios eran de conformidad con el artículo.
Así como una libra de margarina costaba 250 marcos de oro; ósea 100 dólares, un kilo de mantequilla 500 marcos, un kilo de carne 1000 marcos, un cigarrillo costaba 7 marcos. Y solo unos podían permitirse esos lujos.
Los alimentos robados los cambiaban por zapatos o chaquetas viejas. Todas las tardes entre las 5 y las 6, funcionaba fuera de las barracas un concurrido mercado negro.
Las internadas del campo tiraban sus raciones de margarina o de pan por encima de la alambrada de púas, al campo checo.
Y las checas en cambio arrojaban prendas de vestir. Aunque las prendas se podían enganchar en los alambres, ‘’pero ellas arriesgaban’’.






                                                                           Rangel Servin Brenda Michelle 


Capitulo 8, 9, 1O & 11 "Los Hornos de Hitler"



Alumno: Cruz Frausto Edgar Isaac.  Grupo: 2O6


Capitulo 8.
Soy condenada a muerte.
Este capítulo habla sobre que Olga ya se encuentra muy enferma ya que los últimos días se había mantenido sin comer, ella estaba muy delgada y también le había afectado el clima porque algunas veces las sacaban a la formación en el frio, calor y cuando llovía. Olga al igual que sus compañeras se encontraba muy mal de salud y cuando las sacaron a la formación se trataban de cubrir con una manta pequeña sin que las vieran. Después de un rato, Olga fue elegida en la selección, ella sabía que eso era demasiado malo porque cuando las seleccionaban las llevaban a las cámaras de gas y por eso se empezó a preocupar mucho e incluso le comento a una de sus compañeras que también fue seleccionada, que si intentaban escapar pero ella por miedo le dijo que no porque si lo intentaban, inmediatamente serian asesinadas. Luego cuando ya casi las subían al camión para llevárselas, Olga se armó de mucho valor y se echó a correr a la cocina cuidando que no la vieran, y así es como pudo llegar a salvo a la cocina y rápidamente se vistió como las cocineras. Después cuando ella se fue de la cocina se encontró con su compañera que le había dicho que escaparan ya que ella al ver a Olga también corrió pero cada quien se fue para distintos lados. Más tarde Olga se fue a su barraca y la empezaron a observar las demás y le dijeron que ella que hacia allí, si la habían seleccionado, y Olga lo único que hizo fue negarlo todo. Al lograr eso ella estaba muy tranquila ya que se había salvado de la muerte.






Capítulo 9.
La enfermería.
Este capítulo trata sobre que Olga la ponen como enfermera con todas las demás mujeres que se encontraban allí, elegían solo a las mujeres que se les conocía por su profesión de doctoras, al principio los alemanes no querían aceptar esa propuesta de que hubiera enfermeras pero al final terminaron aceptando. De inmediato Olga y sus compañeras empezaron a atender a todas las mujeres enferma que habían en las barracas y eso lo hacían en la pequeña enfermería que hicieron y la farmacia, después ya fue cuando construyeron un hospital donde se presentaban miles de mujeres con enfermedades grabes. Olga y sus compañeras no se daban abasto ya que nada más eran 5 enfermeras con ella y los alemanes no querían poner más, y por lo tanto las consultas empezaban a las 5:00 am y terminaban a las 3:00 pm o luego cuando tenían que operar trabajaban toda la noche. Lo que a Olga le preocupaba mucho era que podía infectar a las enfermas ya que el hospital era tan miserable que no tenía muchas herramientas para atender a las enfermas y las pocas que habían estaban en muy malas condiciones, también el hospital como el piso era de madera, la sangre no se podía quitar fácilmente ósea que estaba muy sucio. Olga y las demás enfermeras tuvieron habitaciones mejores a las que tenían antes ya que estas eran de madera pero un poco más grandes, solo les molestaba cuando hacía mucho viento porque la madera rechinaba. Como había muchas enfermas, a ellas eran las primeras que las mandaban a las cámaras de gas y Olga trataba de decirles eso pero las demás no le creían y una de ella le pregunto a un alemán que si eso era cierto pero él le negó todo. Después construyeron otro hospital pero engañaban a la mayoría de las mujeres que estaban muy grabes y las subían en camionetas para llevárselas a las cámaras de gas.







Capítulo 10.
Un nuevo motivo para vivir.
En este capítulo Olga ya está muy desanimada, es decir, ya no tenía ganas de vivir por todo lo que estaba pasando, pero cuando su depresión ya era demasiada llega un hombre francés a la enfermería donde estaba ella, claro que allí no podían entrar hombres, solo mujeres pero como él estaba trabajando noches ya su enfermería de los hombres estaba cerrada y no tuvo más remedio que ir allá. Desde el primer momento a Olga le cayó muy bien ese hombre el cual lo describe como “L.” en el libro. Este L. le llevaba muchas noticias a Olga sobre lo que ocurría fuera de las barracas e incluso pudo levantarle el ánimo y hacerle ver que la vida es lo máximo que puede tener uno. También le dijo que todo lo que estaba pasando no se podía quedar así, y le dio una buena idea la cual fue, escribir todo lo que pasaba para que cuando terminara la guerra pudieran ver lo malo que hacían los alemanes. Después Olga empezó a observar que los alemanes ya no tenían preferencias ya que mandaban a todo tipo de persona (judíos, gitanos, etc.) a la cámara de gas. Lo que más me sorprende es que los alemanes tenían cuatro hornos de Birkenau y allí quemaban los cadáveres y al dia se cremaban aproximadamente veinticuatro mil cadáveres y los alemanes le llamarón, “Meta de producción”-Nazi. Después como Olga ya llevaba tanto tiempo en el campo de concentración se daba cuenta de cuantas personas llagaban a Auschwitz-Birkenau y empieza a decir algunas fechas en las que llegaban los trenes llenos de judíos para volverlos prisioneros. Ellos los ponían a trabajar para quemar los cadáveres pero como eran demasiados, su jornada de trabajo era muy larga, así que  algunas veces echaban a los cadáveres en las fosas de la muerte. Cada mes que pasaba, los trenes llegaban más llenos de personas y así fueron aumentando mes con mes.   






Capítulo 11.
Canadá.
Este capítulo habla sobre que había un edificio el  cual se le llamaba “Canadá”, era un espacio donde tenían todas las cosas de los deportados, tenían ropa, cosas de valor, herramientas, etc. Pero todos eso objetos los vendían en el mercado negro en el cual solo podían comprar los que trabajaban en el Canadá o algunos deportados que trabajaban en la cocina ya que ellos no estaban tan mal como los otros. También los que podían ir al mercado negro, eran los checos, que también eran deportados y estaban a un lado donde se encontraba Olga pero los separaba un alambrado de púas, a ellos les intercambiaban alguna prenda u otras cosas por comida, ya que los checos estaban privilegiados por ese lado, que tenían ropa o algunas cosas de valor pero no tenían nada de comida y algunas veces los del campo de concentración donde estaba Olga les aventaban comida a los checos por el alambrado y ellos  les aventaban ropa. Después a los checos se les había terminado su gozo, porque los alemanes los iban a mandar a los crematorios, y lo que más me gusto fue que un checo estaba enamorado de una mujer joven que estaba en el campo y le dijo que él tenía un diamante y que antes de que se lo llevaran iba a dar ese diamante a los alemanes para que pudiera pasar con ella un ratos antes de que fuera asesinado.