EPOEM
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Alumna: María de los Ángeles
Valdez Guerrero
Profesora: Liliana Cano
Ensayo “Los hornos de Hitler”
capítulos VIII, IX, X & XII
Grupo: 206
Introducción
Yo decidí
elegir estos 4 capítulos “soy condenada a muerte “,”la enfermería” , ” un
nuevo motivo para vivir” & “el depósito
de cadáveres” porque fueron los que más me gustaron de todo el libro en general este libro “los hornos de Hitler “habla
del relato de una de las sobrevivientes de la segunda guerra mundial (el holocausto).
En
este capítulo “ soy condenada a muerte “Olga
empieza a narrar que el único trabajo que realizaban
,al día era asistir a las formaciones ella había quedado
más delgada que un esqueleto era víctima de calentura y ataques de tos
Un día se sentía más enferma que nunca al igual que Magda su
amiga se encuentra mucho más enferma que ella .Hasse advirtió lo que era
una infracción grave y las designó hasta la selección las
stubendiest divise un palo que allí era un signo de poder más unos
días después llegaron y les ordenaron a ella y sus compañeras que se
dirigieran a los camines para que las transbordaran directo a las cámaras de
gas u a los hornos del crematorio en estos se quemaban a las personas que
estaban muertas algunas de las mujeres solo creían que esto de las cámaras de
gas eran rumores fantásticos para asustarlas pero todo esto era verdad a Olga
le costaba trabajo aceptar luego de llegar a las cámaras de gas fueron formadas
Olga logro escabullirse a toda velocidad hacia las cocinas , con el aire
más natural comenzó a poner los platos en orden , tuvo mucho
cuidado de no salir hasta la primera revista se cambió de ropa con otra
deportada y se escondió en mi koia , hubo una o dos prisioneras que
se quedaron asustadas al verla , pero ella les explico que la
debieron haber confundido con otra compañera.
Durante
semanas y semanas, no hubo medios para atender a los enfermos. No se había
organizado hospital ninguno para los servicios médicos ni disponíamos de
productos farmacéuticos.
A
Olga la nombran miembro del personal de la enfermería. Se encargaría de las
mujeres que estuviese enfermas en las barrancas, Junto con otras de sus
compañeras Durante mucho tiempo dispusieron dos pequeñas
habitaciones. La única luz que tenían procedía del pasillo; no había agua
corriente, y resultaba difícil mantener limpio el suelo de madera, El total de
internadas que se en contaba en el campo ascendía a treinta o cuarenta
mil mujeres. Y todo el personal disponían para su enfermería no pasaba de
cinco nunca se daban abasto con su trabajo. Ellas solían levantarse
a las cuatro de la madrugada. Las consultas empezaban a las cinco. Las
enfermas, que a veces llegaban eran a mil quinientas al día, tenían que esperar
a que les tocase su turno en filas de a cinco. Lo único bueno era que después
de que Olga y las demás enfermeras terminaran su turno les remitían un
lujo de un buen aseo, tiempo después
fue mejorando sus condiciones de vida.
Olga
dice que a veces, iban también hombres a su enfermería.
Generalmente eran internados que trabajaban en los campos de mujeres. Cuando
regresaban a sus barracas por la noche, encontraban su enfermería cerrada. Pero
para ellas era cruel negarse a atenderlos, aunque estaba estrictamente
prohibido por los alemanes. Pero sus lesiones procedían de accidentes de
trabajo. Ella a través de nuevos contactos que tenía, se enteró por fin de los
detalles más concretos sobre la cámara de gas y los crematorios. Y dice que le contaban
que al principio, los condenados a muerte de Birkenau eran fusilados en el
bosque de Braezinsky o ejecutados por gas en la infame casa blanca del campo de
concentración. Los cadáveres eran incinerados en una fosa. Después de 1941, se
pusieron en servicio cuatro crematorios, con lo que aumentó considerablemente
el "rendimiento" de esta inmensa planta exterminado. En menos de un
trimestre los alemanes habían liquidado a más de 1.300,000 personas en
Auschwitz-Birkenau.
Un
día mandaron a Olga, en compañía de otras tres internadas, a buscar
mantas para la enfermería.
En el momento en que llegábamos a la estación, entraba en vías un transporte. Los vagones de ganado estaban siendo vaciados de los seres humanos golpeados y enclenques que habían hecho el viaje juntos, a base de ciento por cada vagón. De aquella espesa y desgraciada turba, surgían gritos desgarrados en todos los idiomas de Europa, en francés, rumano, polaco, checo, holandés, griego, español, italiano.
Olga
cuenta como trasladaba los cadáveres al depósito este se encontraba media hora
de camino después del hospital, estos cuerpos pertenecían a algunas
pacientes de la enfermería, si de por si no había suficiente agua para que se
bañaran las personas que estaban vivas menos para que limpiaran a los
cadáveres. Olga tenía que compartir este trabajo pesado una muchacha que
había sido estudiante en Varsovia, La joven polaca estaba dominada por un único
sentimiento el amor a su madre.
Esta
era el tema principal de sus conversaciones. Cuando hablaba de ella, le
decía a Olga confidencialmente que su madre estaba escondida en las
montañas. La estudiante pensaba que los alemanes no serían tan inteligentes de
encontrar a su madre .pero un día mientras penetraban el depósito de cadáveres
la joven había visto el cuerpo de su madre entre todos los cadáveres se podía
observar algunas deformaciones producidas que producían los internados la
vida del campo de concentración muchos prisioneros parecían esqueletos.
Habían perdido el 50 ó 60 por ciento de su peso original y habían mermado de
talla. Parecerá increíble, pero la verdad es que no pesaban realmente más de
treinta o treinta y tantos kilos. Por la misma causa, a saber, la alimentación
defectuosa, a otros se les hinchaba anormalmente el cuerpo.
En
este último capítulo Olga Lengyel nos dice que su motivo para escribir este
libro fue la concientización de la gente sobre estos terribles hechos. Les
agradece a las personas que le contaron sus historias para poder publicarlas en
este libro. Habla de que la SS pidió un formato de los niños internados que se
habían quedado ya sin familiares, sin casa, etc. A la autora la mandaron a
bañar a un niño que habían mandado aniquilar junto con otros muchos más. El
niño estaba ardiendo en fiebre estaba muy enfermo y muy débil y flaco,
pobrecito después de haber caído al frio suelo los alemanes lo habían golpeado
hasta que el pobre niño quedo inconsciente, después de eso fue cuando lo
mandaron con la autora del libro y ella lo ayudo. Ella lo baño sin jabón ni
toalla y con agua helada pero era todo lo que podía hacer en esos momentos. Nos
comenta que muy pocos fueron los niños que sobrevivieron a estos hechos. La
autora Olga Lyengel nos comenta que pase lo que pase nunca hay que perder la fe
porque es a lo único a lo que te puedes aferrar para seguir adelante a pesar de
todas las adversidades que quieran derribarte. Nos cuenta que nunca va a poder
olvidar todas las atrocidades que desgraciadamente vivió en el campo de
concentración y jamás va a olvidar a todas las personas con las que estuvo y
que le ayudaron a seguir adelante.
Conclusión
Este
libro se me hizo muy interesante ya que te cuenta sucesos de la 2 guerra
mundial y te hace reflexionar sobre la vida que llevamos cada uno de nosotros y
debes aprender a valorar lo que tenemos muy aparte de todo esto leer este libro
me ayudo a realizar algunos reportes de capítulos y una pequeña representación junto
con mis compañeros del grupo a mí me gustaría que hubieran más dinámicas así yo
si recomendaría este libro “los hornos de Hitler”.
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