martes, 4 de junio de 2013

ensayo los hornos de hitler valdez guerrero angeles



EPOEM 258

Alumna: María de los Ángeles Valdez Guerrero
Profesora: Liliana Cano
Ensayo “Los hornos de Hitler” capítulos VIII, IX, X & XII
Grupo: 206

Introducción
Yo decidí elegir estos 4 capítulos “soy condenada a muerte “,”la enfermería” ,   ” un nuevo motivo para vivir” &  “el depósito de cadáveres” porque fueron los que más me gustaron de todo el libro  en general este libro “los hornos de Hitler “habla del relato de una de las sobrevivientes  de la segunda guerra mundial   (el holocausto).

En este capítulo  “ soy condenada a muerte “Olga empieza a narrar que el único trabajo que realizaban ,al día era asistir a las formaciones ella  había quedado más delgada que un esqueleto era víctima de calentura y ataques de tos Un día se sentía más enferma que nunca al igual que  Magda su amiga se encuentra mucho más enferma que ella .Hasse advirtió lo que era una infracción grave y las designó hasta la selección las stubendiest divise un palo que allí era un signo de poder más unos días después llegaron y  les ordenaron a ella y sus compañeras que se dirigieran a los camines para que las transbordaran directo a las cámaras de gas u a los hornos del crematorio en estos se quemaban a las personas que estaban muertas algunas de las mujeres solo creían que esto de las cámaras de gas eran rumores fantásticos para asustarlas pero todo esto era verdad a Olga le costaba trabajo aceptar luego de llegar a las cámaras de gas fueron formadas Olga logro escabullirse  a toda velocidad hacia las cocinas , con el aire más natural comenzó  a poner los platos en orden , tuvo  mucho cuidado de no salir hasta la primera revista se cambió de ropa con otra deportada y se escondió   en mi koia , hubo una o dos prisioneras que se quedaron asustadas al verla , pero ella les explico  que la debieron  haber  confundido con otra compañera.
Durante semanas y semanas, no hubo medios para atender a los enfermos. No se había organizado hospital ninguno para los servicios médicos ni disponíamos de productos farmacéuticos.
A Olga la nombran miembro del personal de la enfermería. Se encargaría de las mujeres que estuviese enfermas en las barrancas, Junto con otras de sus compañeras  Durante mucho tiempo dispusieron   dos pequeñas habitaciones. La única luz que tenían procedía del pasillo; no había agua corriente, y resultaba difícil mantener limpio el suelo de madera, El total de internadas que se en contaba en el  campo ascendía a treinta o cuarenta mil mujeres. Y todo el personal disponían para su  enfermería no pasaba de cinco nunca se daban abasto con su  trabajo. Ellas solían levantarse  a las cuatro de la madrugada. Las consultas empezaban a las cinco. Las enfermas, que a veces llegaban eran a mil quinientas al día, tenían que esperar a que les tocase su turno en filas de a cinco. Lo único bueno era que después de que Olga y las demás enfermeras terminaran su turno les remitían un  lujo de un buen aseo, tiempo después  fue mejorando sus condiciones de vida.
Olga dice que  a veces, iban también hombres a  su enfermería. Generalmente eran internados que trabajaban en los campos de mujeres. Cuando regresaban a sus barracas por la noche, encontraban su enfermería cerrada. Pero para ellas era cruel negarse a atenderlos, aunque estaba estrictamente prohibido por los alemanes. Pero sus lesiones procedían de accidentes de trabajo. Ella a través de nuevos contactos que tenía, se enteró por fin de los detalles más concretos sobre la cámara de gas y los crematorios. Y dice que le contaban que al principio, los condenados a muerte de Birkenau eran fusilados en el bosque de Braezinsky o ejecutados por gas en la infame casa blanca del campo de concentración. Los cadáveres eran incinerados en una fosa. Después de 1941, se pusieron en servicio cuatro crematorios, con lo que aumentó considerablemente el "rendimiento" de esta inmensa planta exterminado. En menos de un trimestre los alemanes habían liquidado a más de 1.300,000 personas en Auschwitz-Birkenau.
Un día mandaron  a Olga, en compañía de otras tres internadas, a buscar mantas para la enfermería.

En el momento en que llegábamos a la estación, entraba en vías un transporte. Los vagones de ganado estaban siendo vaciados de los seres humanos golpeados y enclenques que habían hecho el viaje juntos, a base de ciento por cada vagón. De aquella espesa y desgraciada turba, surgían gritos desgarrados en todos los idiomas de Europa, en francés, rumano, polaco, checo, holandés, griego, español, italiano.

Olga cuenta como trasladaba los cadáveres al depósito este se encontraba media hora de camino después del hospital,  estos cuerpos pertenecían a algunas pacientes de la enfermería, si de por si no había suficiente agua para que se bañaran las personas que estaban vivas menos para que limpiaran a los cadáveres. Olga tenía que compartir este trabajo pesado una  muchacha que había sido estudiante en Varsovia, La joven polaca estaba dominada por un único sentimiento el amor a su madre.
Esta  era el tema principal de sus conversaciones. Cuando hablaba de ella, le decía  a Olga confidencialmente  que su madre estaba escondida en las montañas. La estudiante pensaba que los alemanes no serían tan inteligentes de encontrar a su madre .pero un día mientras penetraban el depósito de cadáveres la joven había visto el cuerpo de su madre entre todos los cadáveres se podía observar algunas  deformaciones producidas que producían los internados la vida del campo de concentración  muchos prisioneros parecían esqueletos. Habían perdido el 50 ó 60 por ciento de su peso original y habían mermado de talla. Parecerá increíble, pero la verdad es que no pesaban realmente más de treinta o treinta y tantos kilos. Por la misma causa, a saber, la alimentación defectuosa, a otros se les hinchaba anormalmente el cuerpo.
En este último capítulo Olga Lengyel nos dice que su motivo para escribir este libro fue la concientización de la gente sobre estos terribles hechos. Les agradece a las personas que le contaron sus historias para poder publicarlas en este libro. Habla de que la SS pidió un formato de los niños internados que se habían quedado ya sin familiares, sin casa, etc. A la autora la mandaron a bañar a un niño que habían mandado aniquilar junto con otros muchos más. El niño estaba ardiendo en fiebre estaba muy enfermo y muy débil y flaco, pobrecito después de haber caído al frio suelo los alemanes lo habían golpeado hasta que el pobre niño quedo inconsciente, después de eso fue cuando lo mandaron con la autora del libro y ella lo ayudo. Ella lo baño sin jabón ni toalla y con agua helada pero era todo lo que podía hacer en esos momentos. Nos comenta que muy pocos fueron los niños que sobrevivieron a estos hechos. La autora Olga Lyengel nos comenta que pase lo que pase nunca hay que perder la fe porque es a lo único a lo que te puedes aferrar para seguir adelante a pesar de todas las adversidades que quieran derribarte. Nos cuenta que nunca va a poder olvidar todas las atrocidades que desgraciadamente vivió en el campo de concentración y jamás va a olvidar a todas las personas con las que estuvo y que le ayudaron a seguir adelante.

Conclusión
Este libro se me hizo muy interesante ya que te cuenta sucesos de la 2 guerra mundial y te hace reflexionar sobre la vida que llevamos cada uno de nosotros y debes aprender a valorar lo que tenemos muy aparte de todo esto leer este libro me ayudo a realizar algunos reportes de capítulos y una pequeña representación junto con mis compañeros del grupo a mí me gustaría que hubieran más dinámicas así yo si recomendaría este libro “los hornos de Hitler”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario